Traslucido el ambiente, la vida
y las cáscaras.
Nadie se atreve a dictaminar el
cuarto oscuro que vela en
las corrientes subterráneas;
que hiberna en las lanzas de un sol
fatigado ya de calentar.
El sentido efímero se perdió
en algún trapecio,
y murió de decisión,
obligatoria por pertenecer a este mundo.
El dolor de su conciencia,
me reprocha en las tardes tristes.
Un aullido certero serpentea
por la clavícula, y conversa
con los espectros de antiguas tizas.
Y en el alquitrán, crecen los helechos,
esforzándose en tapar volcanes
extinguidos,
en derrumbar escenarios,
que ya no importan,
en pisar lágrimas
inútiles.
El temor a mi conjuro se acrecienta,
solo quedan gramos de resquicios abiertos,
y la humedad impregna
así ya hasta lo más
íntimamente preservado.
Es cuestión de bocanadas,
que atraviese el espejo
y definitivamente,
el recuerdo sea reflejo
moribundo.
ULTIMA BUSQUEDA
Publicado por Laurentina los 19:32
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1 comment:
¡Hola!
Esa foto que acompaña esta entrada..., ¿no será de Gante?
¡Me encanta Gante!
Saludos desde el Salto de Roldán
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