AQUELLOS



Escupieron declaraciones inciertas,
con bocas pequeñas y cuellos escondidos.
Recorrieron las carencias,
que brotan cuando las sogas ahogan las laringes.
Compararon las respuestas.

Silenciaron las promesas.
Dilaparon el vacío.
Dilataron demasiadas lágrimas.
Expusieron sus ápices minúsculos.
Se recompensaron con el todo.

Llegaron con falsedades y escorias.
Camuflaron mentiras inciertas.
Crearon eslabones en las costuras.
Ayudaron a morir en las entrañas.

Pero por fin, se alejan.
Y me cobro mi libertad recobrada.
Extirpo sus dedos intocables.
Recobro mi cordura dañada.

CUENTA NUEVA



Nos incendiamos la anatomía y el cerebro.
Compartimos gran parte de nuestro desván.
Recibimos los pétalos desvalidos y los jubilosos.
Nos volcamos en abrazos desbocados.
Pero eso fue ayer,
o hace ya tiempo.

Hoy, nos expulsamos de nuestras cortinas.
Forzamos nuestras miradas a la distancia.
Redimimos las culpas,
o tal vez, miramos a otro lado.
Salpicamos con saludos de ascensor.
Vaciamos el grosor de nuestra piel.
Borramos nuestra memoria.

RENDICIÓN



Como reconocer,
que los rascacielos a los que nos habíamos encaramado,
se resquebrajan, sin motivo alguno,
sin esperanza, sin ternura ni suspiros.

El exterminio se reinventa, burlón.
Se dislocan las miradas ausentes,
y la cordura, no sabe cómo sentirse.

Estupefactos de señales incoherentes,
dejamos perder el valor de los lunares,
y nos resignamos al terror de arriesgar.

Extenuada de clamar el derecho al beso generoso,
de perder las hebillas de mi sombra,
de rendir los últimos resquicios de niña
a la desconfianza, al realismo saneado,
aprieto la tabla de flotación,
aquella únicamente destinada a los pasajeros apagados.

ENTRE VACÍOS



Cuando el vacío que nos envuelve
se torna tangible,
lacio como raíces,
como esquirlas o tachuelas,
el brebaje ya no tienta a la suerte,
y se agazapa angustioso,
sumergido en el hedor
de las brisas inhaladas.

Cuando los matojos se esparcen
apaciguados entre rendijas
y castaños,
ya nada tiene el menor de los sentidos,
todo se ramifica, se lima, se cae,
se mina ante las sorpresas acuosas,
se derrite con las huellas certeras.

Cuando los tímpanos no responden,
y las lenguas se pegan a las costillas,
la claridad alcanza la prioridad latente
en las lejanías,
en los ponientes.

ESPALDAS



Rebosando de decisiones y claridades
en tacitas de plata,
mirándose compungidas,
se corresponden,
se liman,
se pintan de carmín.

Se esfuman como las cosas irreales,
como lo que no pinta,
como el pedazo oxidado.

De nada sirven las palabras
cuando los actos se enmudecen y
los vacíos son legados salvajes,
capaces de durar demasiado tiempo.

Las roturas se transforman en alimañas
exhaustas
que tan sólo quieren alejarse,
y olvidar los sabores agrios,
los egoísmos,
las iracundas respuestas,
los despojos rasurados.

DINÁMICA



Cuando la sugestión se desborda,
y el apetito se derrocha entre los pétalos,
el todo se vuelve incierto,
desvencijado,
agotador.

Los brotes patentados,
seducidos por la corriente,
resultan escuálidos,
esperpénticos,
a la luz de las farolas.

El soniquete de la constancia
taladra los tabiques de
la experiencia,
y los deseos cumplidos,
se apagan,
se apagan.

ESTIGMA



Amordazadas y retenidas por las angustias perecidas,
las veredas se descubren como limitadas.
Los parajes olvidados,
ahogan su rienda suelta,
salvando los instantes inmortales.

Las ranuras de sentidos ajados,
ensordecen la cordura,
y el sentido se torna bizco,
difuso, inhabitable.

Aún así, las marcas,
ineludibles e insospechadas,
perduran a estribor,
se cuelgan del cuello
abrazan los recuerdos desolados.

JAULA



Alentada por el resquemor en las rodillas,
me sofoco con la lluvia tenue,
la que cautivaba,
la que apaciguaba las costillas.

Sarcasmos adheridos a las cenizas,
avanzan en las brechas parcheadas,
y me falsean,
entre los resquicios de caramelo.

Vacía por lo impúdico,
reclamada por pasiones acorazadas,
crucificada por las losas esgrimidas,
nado en el sinsabor rugoso,
entre semillas minadas,
bajo carpas de ilusionista.

Vanidosa en la soledad alcanzada,
reduzco los muérdagos a vómitos justicieros,
y, secándolos entre escarcha harapienta,
reclamo mi libertad traicionada.

PERFECCIÓN



Cerrar los ojos,
mientras las cadencias infinitas
voltean la escarcha macerada, y
los sonidos impensables se descuelgan
de entre las sábanas.

Versionando el tiempo,
exploto en lenguas de fuego,
espejos apuñalados,
meritorios creadores de los cristales.
Gotas relucientes,
agrietando las pestañas.
Trozos de infinito
bailando desesperado,
entre la hojarasca.

Agua creada, palpitante,
brotada de la perfección.
Caníbal de volcanes exiguos.
Esperanto de lluvias tenues.
Susurros restringidos
a un resumen perfecto.
Profundidad dolorosa.
Fisura en la armadura.

PÉNDULO



Siguiendo los movimientos hipnóticos,
el cascabeleo incesante
de la mezcla que es el viento,
rozo con las yemas
los puentes brotados,
las sirenas perdidas,
los estupores rotos.

Y luego, vacía,
me encaramo a las literas,
silbo bajo las teclas
de cualquier piano afónico,
mascullo las mechas ardiendo,
taladro los resquicios de la puertas.

EL RESCATE



Pedazos entrelazados
en las ruinas de los pedestales.
Apoyos resquebrajados,
desmoronados.

Las catástrofes previstas se jactan,
ácidamente dolorosas,
a pesar de la costumbre,
del cansancio,
de las vías de escape.

Entrecortados,
todavía respiran los esplendores tardíos,
las lluvias derramadas,
la rudeza de tu alma,
esos abrazos benditos.

Mis cornisas de niña consentida,
se echan a temblar,
ante el dolor,
la ausencia,
la partición de la razón.

Circunstancias variables.
y cordura férrea.
Resistencia ante la ceguera,
entierro de lo certero.
Pago del rescate.

ESQUEJES



Brumas confundidas con risas obtusas,
succionan el aire enjaulado,
trepan por escaramuzas ausentes,
renegadas, extenuadas.

Miro los escalones circundantes,
las delicias rebajadas,
los pellizcos de ángel,
las musarañas con resaca,
la primavera reverdeciendo.

Las arrumacos fustigados
siempre fueron un buen adobo
para asaltar las curvas sinuosas.

Ahora, la congoja en los talones,
sólo me hace más fuerte.
Resbaladiza, me posa en lomos
de montañas rusas,
construidas también en los relojes