Remilgo ahumado de paz extraña.
Hormigueo de azúcar salpicado
con barro salado.
Ahogo en la madrugada
de los esporádicos.
Estallido de momento aprovechado
en que todo sube como espuma
y nada cumple la definición
predefinida,
sino la verdadera.
Conducción temeraria de vida terrenal,
viento huracanado que golpea
en la frente, y no resquebraja,
mas refresca y silencia todo aquello,
que queda atrás,
y muere en la nuca,
Tequila entre compañeros,
de siempre, de ahora,
de tiempo inexacto,
y experiencia minuciosa.
Redención de la letanía.
Ensanche de eternas sonrisas
que nos unen
y son nuestro corto y cambio.
VIVIENDO Y BEBIENDO
Publicado por Laurentina los 02:13
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