Curiosa sensación,
el sentirse opacamente triste,
al estilo Benedetti,
sin ansias de certificar
al escollo culpable.
Sin conjurarlo y venerarlo
en una cruzada del tiempo.
Sólo leve letanía de cuentas
ásperas y fugaces,
caídas en los resquicios mundanales,
de la vereda olvidada.
Grisáceo instante,
a la cuerda floja entre dos egos.
Vertiente de sales vaporosas,
zurcidas entre las cáscaras
que se nos abren.
OPACO
Publicado por Laurentina los 11:55
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