Si el porvenir depende de la jugada del destino,
y mi conjetura se tambalea en la cuerda floja,
y los vidrios son demasiados para evitar la herida,
me derrito de temor líquido,
sollozo por lo erróneo de la equivocación.
Ignoro cómo llegué a este chantaje,
en que el miedo coarta mi felicidad,
y mi pánico se basa en todo aquello,
en que creí al vacío,
sin garantías de desechos,
devoluciones o reparos.
Mi coraza de fortaleza,
cae vencida en mi rincón,
y con ánimo suicida,
mi fragilidad se dispara,
y me vuelvo infinitésima,
infinitamente pequeña
y me recluyo, escapándome del mundo.
Sólo entonces ansío a ser otra persona.
La que apostó por la tregua fácil,
y los caminos sembrados,
y no la que tiró una carta al azar por la utopía,
y condenó su camino a esperar toda la vida,
a que la ruleta se haga añicos.
FRÁGIL
Publicado por Laurentina los 07:04
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1 comment:
las sonrisas son siempre comodines... grande¡!
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