Devorada por la curiosidad perecedera,
de los hábitos habitados,
palpito de miedo arrebatado,
ocultado en el sentido escueto
del revocablemente demasiado.
Remilgada y envejecida,
selenita en mi propio planeta,
no sucedo en el braceo,
por el dolor requemado,
por el hedor a tormenta.
Abrochando los umbrales,
escojo el sentimiento;
la voz del espíritu jocoso,
la locura blandida y encarcelada,
el riesgo incalculable.
GOTEO
Publicado por Laurentina los 16:30
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