ABSURDO

Vivimos cosas absurdas.
Una vida múltiple:
salada, verde, de todos los colores.
No podemos escapar a la marioneta
que nos atrapa y nos deja.

Volamos en un embrujo extraño
que musita una sensación de amarga soledad.
Un mar inmenso:
homogéneo, azul, con todas las historias.
Cada detalle se torna frágil, desolador, redimible.
Quemarropa carcomido.

Tan solo vibramos en algunos armónicos
y otros jamás afinaran con el resto de la melodía.
Nos sabemos amarrados a cristal
al que podríamos estarnos toda la vida,
si no recurrimos al azar, la valentía y la fortuna.

La costumbre podría llegar a domarnos.
Podríamos ser testigos de
como los escalofríos se disuelven en la nada
y el alma se apaga irremediablemente,
con inútiles sollozos de melancolía.

23 de Abril

Abarrotada en hojas de ilusiones y corduras,
imagino helechos al viento, zumos que rezuman e
incluso, que se yo, saltimbanquis sonrientes.

Son los recodos, mis amigos de siempre,
mis amigos, que lejos de ser inmutables,
me sorprenden en cada nueva vuelta de página,
o me hacen sentir un candor extremo.

Así, primaverada y exhausta por el ritmo variable
que llenan de flores mis pulmones,
me permito deslizarme en un fugaz paseo
por las Ramblas barceloninas.