DIFUMINADA



Sobrevivir, soberanamente, amargamente.
Tropezar con el tesón volátil,
escarchado en residuos espartanos.

Minar en el anclaje
del vaho pueril,
traicionado en reservas
insustanciales.

Colorear, borrar, reescribir.
En tintes azules, en tintes lejanos.
Ser de agua amarga.
Renacer en hielo picante.

Perder la esencia innata,
la que gime en los pedestales originales,
la que difumina las esencias
la que estrangula la cordura.

VIVA



Agujas trenzadas,
prendidas, extrañas somnolientas.
Ardid de hogueras,
extasiadas, imaginadas en pólvora,
astilladas de hastío.

Espoleo apresurado,
mordiscos en el estomago,
branquias cantantes,
párpados de borrasca.

Tiroteos de tensión azulada.
Bocanadas deliciosas.
Clavos en las esquinas.
Respiración fuerte, saliva clara.

Pellizco de esquirlas…
definitivamente, viva.

CASI



Las rodillas ensangrentadas
y la vida barajada,
sin manuales, con brechas.

Ahogada, atrapada, conformada,
con mis propias cadenas,
con mi propia fábrica de cordialidades
aplacadora de los infinitos.

Me vacío de penumbra,
para perder el contacto con los intentos.
culpa de mi culpa inarriesgada,
alimentada de lo sucedáneo.

Felicidades ralentizadas entre espumas,
remilgos de lo que ansío.
Sin poder tocarlo entre mi piel,
y resbalar por mi cuerpo,
a mi antojo.

Toboganes de segundas decisiones,
las que nunca se toman,
las que se viven con el a punto,
la ilusión en los tobillos,
y la sangre golpeteando
a un centímetro del orgasmo final,
jamás alcanzado.

Perecer ante el mundo
de la plenitud absoluta,
destinada al trazo que solo subraya.
Volcar los máximos relativos,
en los desagües de la bondad asentada,
conformada e irrespirable.

GOTEO



Devorada por la curiosidad perecedera,
de los hábitos habitados,
palpito de miedo arrebatado,
ocultado en el sentido escueto
del revocablemente demasiado.

Remilgada y envejecida,
selenita en mi propio planeta,
no sucedo en el braceo,
por el dolor requemado,
por el hedor a tormenta.

Abrochando los umbrales,
escojo el sentimiento;
la voz del espíritu jocoso,
la locura blandida y encarcelada,
el riesgo incalculable.