BROTES



El tiempo no sigue, se para.
Los tejados de voltajes
hoy profundizan demasiado.

La juventud conspicua
y el minutero hiriente,
inventan un nuevo brindis,
y no me abandonan.
Siguen allí,
intactos,
al ventajoso vidrio de la arruga,
al alivio venerado del carbón quemado.

Desazón inexplicables,
de sedes insaciables
al segundo que ahora se escurre,
paulatino entre los dedos,
al remojo de verbos hirientes,
al brote de espumas y,
vasos llenados al gusto.

Ante la tentación del freno con suspiros,
vencen los clamores del asalto
a los balcones de espinas,
a los de muertes redimidas,
a los de vidas renacidas.

Primavera de fuerza,
con aroma de vejez
de caos trazados en mármol
y esparcidos al antojo
de vientos revoltosos.

Restauro mi vida,
coloco mi dosis
de aire ventilado,
disfruto del estallido
y … broto.

TRAPECIO




Rezumando gloria celestial,
quiero beber entre los poros de la discordia,
amamantarme de la desazón involuntaria,
que culmina en los rasgos
cansados de cualquier resbalón.

Apaciguada por el descenso del ocaso,
el tropiezo se vuelve escalera,
y el resollo clama en llovizna,
sed inconsolable.

Puertas de hojalata y cobre moribundo,
simpatizan con el aliento bochornoso
que la soledad apremia.

Trapecio escuálido, que reverbera
en los ponientes azules,
y expira en los recónditos
aclamos de cristal sucio.

Ferviente indecorosa,
mino las pupilas del ansia.
exprimo el brote inmaculado,
trasiego con la espiral de escarcha.

TE LO TOMO PRESTADO



Si ya no puede ir peor,
haz un último esfuerzo,
espera que sople el viento
a favor.

Si sólo puede ir mejor,
y está cerca el momento,
espera que sople el viento,
a favor.

EFECTOS MARIPOSAS




Efectos mariposas,
flotan en el ambiente,
y me prescriben, laurean e inseminan
con la nostalgia enterrada.

Silbidos de tristezas cascabelean
entre las dichas y las canas.
Precisos momentos en que
la distancia ya es demasiada
para salar las opciones abandonadas.

Soledades en la sombra,
que acumulan resquicios
de veras sesgadas,
y a puntos del intento;
inconscientes de la vida,
de su única oportunidad.

Acristalado con flujos,
que ya no vienen a cuento,
se encierran las páginas,
tantas veces narradas.
Letargos sin importancia,
que siempre, amordazada, la tuvieron.

Despedidas de fresones,
regadas por alas valientes,
escudriñan las luces disipadas.