CERRANDO



Rubricados por la clemencia de las ausencias perdidas.
Vemos escapar escollos entre lazos vertiginosos,
caricias de lo renacido que ya mueren,
memorias mentales, agotadas, enterradas.

El óxido y el estruendo nos evitaron el peligro,
de la percepción de la cuerda floja,
de la pérdida de la fortaleza,
del escondite entre las sienes.

Pero seguimos vivos y desorientados,
con melodías atrapadas en las pieles.
Altramuces imperfectos,
encerrados en puertas blindadas.